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Una de las modalidades menos conocidas de piscinas son las piscinas de acero inoxidable. El acero es un material elegante y de aspecto atractivo, que moldeado y manipulado con sistemas de alta tecnología permite conseguir un acabado perfecto, siempre respetando las propiedades del acero, sus brillos y reflejos. Combinado con un refuerzo de alta resistencia y estabilidad a las deformaciones y dilataciones, creamos un vaso de perfecta estanqueidad y firmeza. Veamos los distintos modelos de piscinas en acero inoxidable para las diferentes aplicaciones que hoy en día son imprescindibles en instalaciones de centros tipo wellness, balnearios, hoteles, o gimnasios, entre otros. En viviendas unifamiliares donde se exige un alto nivel de diseño es una elección segura. También existe la posibilidad de fabricar piscinas mosaicos y spas portables a medida.
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A medio camino entre las piscinas de obra y las piscinas prefabricadas, las piscinas de acero inoxidable son las menos conocidas. Probablemente, en términos de resistencia, durabilidad y facilidad de renovación son muy recomendables. Te contamos todo sobre las piscinas de acero inoxidable: opiniones, precios, ventajas: descubre si se ajusta a tus necesidades.
Una en la que las paredes son de acero inoxidable, el suelo de hormigón y donde todo el conjunto está revestido con un material que le da la estanqueidad. Generalmente, ese material suele ser PVC o lámina armada con una malla intermedia que le aporta grosor y rigidez.
La resistencia es su principal ventaja. No solo son resistentes, sino que pueden ser colocadas en cualquier terreno, incluidos los inestables donde cualquier movimiento de la tierra podría llegar a agrietar una piscina de hormigón. Las piscinas de acero inoxidable son perfectas para ponerse en lugares con pendientes o donde hay cambios bruscos de temperatura. Si la piscina se mueve o se rompe la estructura, esta no pierde la estanqueidad porque el revestimiento de PVC es elástico. Otra de las ventajas es el peso. Las piscinas de acero inoxidable son más ligeras que una piscina de obra, de ahí que sean perfectas para áticos. Son más fáciles de transportar.
El acero inoxidable es un material rígido y la curvatura que acepta es mínima, por lo que las piscinas realizadas en este material suelen ser, básicamente, rectangulares. Las piscinas de obra, por el contrario, aceptan todo tipo de formas. A su favor tienen que no hay limitación de dimensiones, como sí sucede con las piscinas prefabricadas de poliéster.
La estructura de una piscina de acero inoxidable puede ser para toda la vida si el material utilizado es de calidad. El revestimiento puede llegar a durar de 10 a 15 años si se cuida bien. Los fabricantes dan de 25 a 50 años de garantía para la estructura de acero inoxidable y 10 años para el revestimiento, lo cual es un dato a tener en cuenta para la inversión.
Son algo más económicas que las piscinas de obra y un poco más caras que las piscinas prefabricadas de poliéster. El precio final depende de la zona y de la empresa responsable del montaje. Se puede estimar el coste en unos 9.000€ la versión más básica de una piscina de acero inoxidable de 8×4 metros y sus medidas más habituales. Esto supone unos 2.000€ menos que en el caso de la misma piscina de obra y entre 1.000€ y 2.000€ más que en el caso de una piscina de poliéster.
Entre 5 y 6 días, aunque se puede ampliar el plazo a unos 7 u 8 días dependiendo de varios factores, como es el estudio geotécnico.
El mismo que cualquier otro tipo de piscina, solo que hay que utilizar productos químicos específicos para que el revestimiento dure más en óptimas condiciones. Al no tener juntas, la limpieza de estas piscinas resulta más fácil que la de las piscinas de obra.